Con la participación de diferentes actores de los sectores educativos de Santiago, se dio inicio a la Mesa Transversal por las Neurodivergencias en la Educación Pública, esta iniciativa nace gracias a la gestión de las apoderadas del Instituto Nacional Barros Arena (INBA), tras la experiencia de la comunidad educativa del establecimiento.
Esta instancia, organizada por la académica Dra. Claudia Calquín y la Sub-directora de Docencia de la Escuela de Psicología Dra. María Soledad Loyola, quien también participo de la reunión, busca colaborar de manera colectiva, un modelo educativo más justo, inclusivo y replicable en el sistema público.
Esta primera sesión, denominada “Empatizar”, también contó con la presencia de representantes del Centro de Alumnos del INBA, Fundación Umbrella Family, Ministerio de Educación, municipalidades de Santiago y Quinta Normal, profesionales de la salud y autoridades políticas, entre ellas, la diputada Alejandra Placencia.
El punto de partida de la mesa fue el escenario que enfrenta el INBA tras los incendios de octubre de 2024, evento que ha demostrado la ausencia de intervenciones efectivas y la necesidad urgente de respuestas frente a discursos discriminatorios hacia estudiantes neurodivergentes que se dieron a conocer este 2025 por parte del rector. En este contexto, el objetivo es: diseñar una intervención educativa integral, intersectorial y con enfoque de derechos, que pueda escalarse a otros establecimientos del país.
“Estos espacios sirven para ver cuáles son las modificaciones que hay que hacerle al sistema educativo, que aún es altamente estandarizado y deja poco espacio para la diversidad”, señaló la diputada Alejandra Placencia, destacando la importancia de reunir a todos los actores relevantes para la construcción de una educación inclusiva.
Desde el Centro de Estudiantes, Franco Fernández, valoró la instancia como “bastante productiva”, ya que “se plantearon diversos puntos y opiniones los cuales construyen una solución integra entre todas las comunidades”.
Por su parte, Andrés Castillo, subdirector del departamento de educación de la Municipalidad de Santiago, afirmo: “Las expectativas están en que los estudiantes puedan sentirse convocados y escuchados (…). Es nuestro deber como adultos de poder solucionarlo y darles las respuestas que se merecen”.
De acuerdo a un diagnóstico levantado por los apoderados, un 57% de las familias declara que el estudiante es neurodivergente o se encuentra en proceso de evaluación, lo que evidencia la urgencia de avanzar hacia una educación inclusiva.
“La participación activa de las apoderadas del INBA ha sido clave para visibilizar una situación que es nacional”, comentó Maricarmen Prieto, de la ONG Umbrella Family. En tanto, desde el Mineduc, Eliot Gárate reafirmó el compromiso institucional: “Queremos entregar todas las orientaciones posibles para que se entienda cómo se está bajando la política de inclusión”.
Finalmente, las apoderadas del INBA Carolina Ávila y Joselyn Espinoza expresaron su esperanza al en que “Esperamos que en cinco sesiones más podamos construir en conjunto, un modelo de intervención para en INBA, y que sea escalable para la educación pública”.
